Sarcoma: síntomas, causas y tratamiento

Sarcoma: síntomas, causas y tratamiento

11 de Jul, 2024
Este cáncer tiene más de 150 variedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud y se clasifica en dos grandes grupos, los que nacen en el esqueleto y los que los que se desarrollan en otros lugares, conocidos estos últimos, como sarcomas de partes blandas.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer el sarcoma es un tipo de cáncer que empieza en el hueso o en los tejidos blandos del cuerpo, como el cartílago, la grasa, los músculos, los vasos sanguíneos, el tejido fibroso u otro tejido conjuntivo. Estos se reconocen en varios tipos y dependen del lugar donde se forma el cáncer.
Tanto los niños como los adultos pueden desarrollarlo; sin embargo, el sarcoma constituye tan solo el 1% de todos los tipos de cáncer que se presentan en personas mayores. Caso contrario se observa en los más pequeños puesto que los sarcomas son más frecuentes en la etapa de la niñez y representan alrededor del 15% de todos los tipos de cáncer infantiles.
Este cáncer, según especialistas, se desarrolla en un 60 % en brazos y piernas, 10% en cuello y cabeza y el 30 % restante en el tronco y en el área trasera de la cavidad abdominal. Asimismo, los sarcomas no son tumores comunes y la mayoría de estos son del tipo de tumores llamados carcinomas.
La baja incidencia del sarcoma hace que muchos pacientes se sorprendan y hasta escuchen hablar de la enfermedad por primera vez cuando reciben el diagnóstico. Esto hace aún más importante la difusión de la información sobre esta patología y la rápida intervención de médicos especializados para iniciar un abordaje adecuado.

Los síntomas y diagnóstico del sarcoma

Un punto central en la lucha contra esta patología es que no tiene forma de ser prevenida, por lo que es fundamental su detección temprana. Se diagnostica ya con una lesión consolidada. Sin embargo, cuanto más pequeña sea la lesión, más oportunidades hay de obtener mejores resultados e impactar positivamente en la calidad de vida del paciente, así como mejorar las expectativas de curación.
Como se ve, es fundamental conocer cuáles son las señales de alerta de esta enfermedad oncológica. Los síntomas son muy variables según el origen y la localización del tumor. Los mismos van desde una protuberancia que se siente a través de la piel, que puede ser dolorosa o no.
Otros síntomas pueden ser dolor, pérdida de peso, distensión abdominal y fractura ósea de difícil explicación.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer sarcoma comprenden:

Síndromes heredados. Algunos síndromes que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer se pueden transmitir de padres a hijos. Algunos ejemplos de síndromes que aumentan el riesgo de sarcoma incluyen el retinoblastoma familiar y la neurofibromatosis tipo 1.

Radioterapia contra el cáncer. El tratamiento radiológico para el cáncer aumenta el riesgo de desarrollar un sarcoma más adelante.

Inflamación crónica (linfedema). El linfedema es una inflamación causada por una acumulación de líquido linfático que se produce cuando el sistema linfático está bloqueado o dañado. Aumenta el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado angiosarcoma.

Exposición a sustancias químicas. Ciertas sustancias químicas, como algunos productos químicos industriales y herbicidas, pueden aumentar el riesgo de sarcoma que afecta el hígado.

Exposición a virus. El virus llamado herpesvirus humano 8 puede aumentar el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado sarcoma de Kaposi en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Diagnóstico

Algunas de las pruebas y los procedimientos que se utilizan para diagnosticar el sarcoma y determinar su extensión (etapa) son:

Una exploración física. El médico probablemente hará un examen físico para entender mejor tus síntomas y buscará otros indicios que ayuden con el diagnóstico.

Pruebas de diagnóstico por imágenes. El tipo de prueba de diagnóstico por imágenes mejor para ti dependerá de tu situación. Algunas pruebas, como las radiografías, son mejores para ver los problemas en los huesos. Otras pruebas, como las imágenes por resonancia magnética, son mejores para ver los problemas en los tejidos conectivos. Otras pruebas de diagnóstico por imágenes pueden comprender una ecografía, una tomografía computarizada, una gammagrafía ósea o una tomografía por emisión de positrones (PET).

Extraer una muestra de tejido para su análisis (biopsia). Una biopsia es un procedimiento en el que se extrae una porción de tejido sospechoso para analizarlo en el laboratorio. Las pruebas de laboratorio sofisticadas pueden determinar si las células son cancerosas y qué tipo de cáncer representan. Las pruebas también pueden revelar información útil para elegir los mejores tratamientos.

Tratamiento

El sarcoma generalmente se trata con cirugía para extirpar el cáncer. Se pueden utilizar otros tratamientos antes o después de la cirugía. El tipo de sarcoma, su ubicación, qué tan agresivas son las células y si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo son factores que determinaran cual es el tratamiento adecuado.


IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO Y LA INVESTIGACIÓN

Independiente del tipo de sarcoma, el tratamiento debe ser multidisciplinar, siendo necesaria que la patología sea valorada por médicos expertos en diferentes áreas para decidir el mejor de los tratamientos.
Hay mucho que descubrir en este tipo de cáncer. Solo la investigación podrá darnos la llave para vencer estas enfermedades.